Miramos atrás y vemos que, lo que habíamos previsto un día, no lo hemos hecho porque las circunstancias no nos lo han permitido. Nos hemos visto sumidos en el acaecer de lo imprevisto y hemos sido como el vilano que el viento hace volar de un lado a otro y solamente, cuando amaina y cae, la frágil semilla puede germinar.
Esa es la línea que expongo en mi novela “EL LEGAJO DE LA CASA VIEJA” que pronto voy a publicar. ¿Quieres ser uno de los primeros en leerla? Dame tu email y te la envío para que después hagas una reseña en este blog