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MIGUEL FARRIOL

Atraído por el movimiento contestatario hippie, que promulgaba una ideología basada en la vida simple y la anarquía no violenta.

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No podemos llegar a comprender lo que Miguel Farriol quiere y puede decirnos con su obra sin conocer el transgresor movimiento Underground.

Underground, cuando se refiere a movimientos culturales, pudo emplearse para denominar algo que es ‘subterráneo’, ‘clandestino’ o ‘alternativo’. La palabra se utilizó por primera vez en el sentido de «lo que se desarrolla al margen de la actividad pública cultural», para referirse a algunas formas de expresión en contra de los regímenes represivos.

MIGUEL FARRIOL

“EL RROLLO ENMASCARADO”

En los primeros años de la década de los 70, en España se vivía todavía bajo la dictadura franquista. En la calle ya se notaban aires de libertad y ganas de hacer cosas nuevas y un grupo de inconformados artistas e ilustradores decidieron editar su propia revista.

Eran cómics en los que narraba el mundo en el que les había tocado vivir, aportando su punto de vista con algún apunte crítico político. Entre estos jóvenes creadores estaba Miquel Farriol y con esfuerzo, lograron imprimir su comic que se tituló El Rrollo Enmascarado. “Un tebeo para adultos progres”, como indicaron en la portada, hecho que hizo que nuestro amigo Miguel, como editor, no saliese muy bien parado en aquel momento de represión

MIGUEL FARRIOL

Atraído por el movimiento contestatario hippie, que promulgaba una ideología basada en la vida simple y la anarquía no violenta, en 1975, Miguel Farriol y algunos del grupo ya disgregado se trasladan a Ibiza, donde siguieron trabajando en sus álbumes que posteriormente fueron editados en Barcelona por Miquel Riera en 1976.

 

La inquietud natural de Miguel Farriol, hace que, ya en la más reciente época, indague una nueva herramienta: el ordenador y así emerge una diferente forma de sacar a la luz lo que bulle en su mente creativa. El arte digital toma sentido en él, sin perder la esencia de su inconformismo. Y es precisamente movido por ese inconformismo, por lo que quiere y logra romper lo estático de una obra meramente visual por lo dinámico del movimiento. Un movimiento gráfico que transforma la composición y nos sumerge en un mundo irreal que, apoyado por unas potentes secuencias de audio, realza y refuerza su contenido y nos logra atrapar.   

Queridos amigos; cuando tengáis la oportunidad de contemplar alguna de las obras de Miguel Farriol no intentéis comprender de forma subjetiva lo que veis; el simple grafismo colorido y amorfo; las figuras descompuestas. Es precisamente lo contrario a lo que contempláis lo que Miguel quiere haceros percibir. De lo que él rehúsa; de lo manido, de lo de siempre y, sobre todo, de lo impuesto por tendencias o normas marcadas.

A veces, el temperamento artístico no puede abstraerse de la estética y Miguel llega a grafismos armónicos y equilibrados que, al margen de otros conceptos más intelectuales, logran entrarnos por los ojos y nos arranca ese “pues a mi me gusta” sin dar interés a otra intención en su comunicación.

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